lunes, 24 de enero de 2011

Flores









Ella se paseaba frente al enorme jardín de rosas que plantaba frente a su casa. Las regaba con ahínco, cuando él pasó a su lado.

—¡Vaya! ¡Son realmente bellísimas!

La joven se sorprendió por el comentario. Había cuidado de ese jardín durante tantos años, más nunca le habían halgado por eso.

—¿Dije algo malo?— el extraño parecía preocupado.

—No es eso— se disculpó ella. — hacía tiempo que nadie les dirigía atención a estas plantas.

Viendo la cara del extraño, quien no osaba a creer sus palabras, la joven le relató el significado de aquellas flores.

—Verás… mi prometido siempre me dijo que era una excelente florista. Él un día se marchó para encontrarnos un mejor futuro. Entonces le prometí que cuando regresara le tendría un enorme campo, solo para sus ojos.

Pero él nunca regreso. Supe después que estaba casado con alguien más.

El viajero miró el semblante de la joven. Nada en su cara delataba tristeza alguna.

—Entiendo… ¿Y tú nunca…?

—¿Quise destruir estas flores? Para nada, las rosas no tienen la culpa que él fuese un idiota conmigo. Verás aunque le haya dicho que las plantaba por él… esto siempre se trató de mí. De lo que amo hacer— siguió diciendo mientras contemplaba su jardín— adoro cada rosa que hay sobre esta tierra. Es algo complicado pero ¿sabes? Me hace feliz. Y eso a final de cuentas, fue mucho más provechoso que esperarlo en vano sin hacer nada.

—Pues me alegro por ti— sonrió él— permitidme felicitarte de nuevo.

—No hace falta— murmuró apenada

El viajero le sonrió con ternura.

—Esas felicitaciones eran para ti.

1 comentario:

  1. Awwwww
    que lindo relato
    y me puedo imaginar la escena llena de color, con la mujer de semblante cansado por el trabajo pero no del todo agotada.
    y al viajero con aire paternal mirandola
    aunque no si si sus intenciones no sea (1313) xD

    lindo relato preciosa
    te amo ♥

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