miércoles, 21 de enero de 2009

Sobreviviente





















No quiero hacerle daño, pero él esta ahí con su sonrisa dirigida hacia mi persona, con su sincero cariño el cual no merezco… no merezco para nada.
Mi nombre es Selena, y estuve profundamente enamorada de Fares, di absolutamente todo por él hasta quedarme sin absolutamente nada para mí. Un día, pronuncio las palabras que siempre temí oír.
—Hemos terminado.
Dio la media vuelta y se marcho.
El suelo crujió bajo mis pies, sintiéndome caer en un enorme y oscuro abismo interminable, dominada por el frio colado hasta en mis huesos. Lo peor de todo era que las lágrimas no querían salir, el dolor me tomo por sorpresa.
Fueron meses en los cuales viví a medias, respirando a duras penas, sintiéndome morir… eso fue lo peor, sabía que aunque la sensación desgarradora, los puñales clavados en mi corazón moribundo… no podría morir, debía seguir sobreviviendo.
Aunque ya no valía la pena seguir con vida.
Y llegaste tú, quien valerosamente decido ayudarme aunque yo tan solo causaba daños a quienes se acercaban, como una fiera herida quien no piensa en sus propias heridas, tan solo en causar mas daño.
Aun así fuiste capaz de enseñarme que no podía sencillamente continuar mal, que debía olvidar y perdonar, seguir adelante luchando contra mis propios instintos, fue difícil lo admito, pero no imposible sobre todo contigo a mí lado, cuidándome y protegiéndome a cada instante…
Estas parado frente a mí, sosteniendo mis flores favoritas, dedicándome esa sonrisa tuya tan hermosa, amplia y reconfortante. ¿Porque los dioses son tan injustos conmigo? Tú mi amigo mas sincero, no mereces esta carga tan grande. Yo ya no puedo amar de nuevo, no de la forma en que deseas y te mereces.
Sé que Fares es un tonto, pero a pesar de que lo he olvidado, su partida ha dejado los estragos de un huracán, y estoy segura que no existe la reparación.
—¿Que sucede Selena?
Y callas hundiendo tu mirada verde en mis ojos castaños, develando la verdad que intento ocultarte para no herirte. Sonríes de nuevo, intentando aparentar tranquilidad.
¿Por qué no te enojas? Vamos, por favor ódiame, no me compadezcas mas, cualquier cosa para no romperte el corazón como lo hicieron conmigo.
— Yo podría esperar, no me importa… tan solo no me dejes así.
Tomo aliento, será difícil pero debes alejarte de mí, deberé volver a estar sola, alguien tan bueno como tú, no merece a alguien como yo.
—Vete— dije en un susurro.
Me miraste sin comprender, acercándote con un paso hacia mí… entonces yo retrocedí. Te sorprendiste al principio, luego el rayo del entendimiento te golpeo casi como una bofetada. Vi una lágrima nacer en tu ojo, rodando por tu mejilla.
Pero aun no te marchabas, no perdías la esperanza, supe que serías capaz de esperarme por siempre. Y eso no era justo para ti.
—¡Acaso no me oíste! Lárgate
Me di la media, corriendo para que el viento me contuviera el llanto.
Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si le gustó, me encantaría saberlo ^_^