lunes, 23 de julio de 2012

Pretende

Porque todo en la vida al final es un simple juego. Vivimos intentando que nuestra debilidades no salgan a flote, de manera tan desesperada que algunos se olvidan de su propia esencia en el camino de proteger su sonrisa.
Y ella es como una de esas personas. Se ha olvidado de todo en un afán por dejarlo todo atrás, en un lugar donde no le estropee la vista.
Vive todos los días, sonriendo falsamente con las mejillas rotas de tanto fingir alegría. Hay veces que tiene ganas de arrojar la toalla, de arrojarse al suelo, abrazarse y llorar amargamente.
Y entonces lo ve al rostro.
Su rostro imperturbable, sus ojos tranquilos y su sonrisa impecable. Ella no puede creer que sea tan descarado como para permitirse ser feliz.
Entonces en perfecta sincronía, ella le devuelve el gesto. Ambos seguirán tan lejos y cercanos, ocultándole al mundo cuanto mueren por un simple llamado del otro. Por dentro se están llamando a gritos sordos, pero están tan ocupados en demostrarle al resto que están bien separados, que jamás podrán ver cuanto se necesitan en realidad.
Fin


jueves, 19 de julio de 2012

Algo

Seamos algo amor, seamos algo. Se un meteorito que choca directamente conmigo. Se la tormenta que destroza mi ventana sin compasión. Se una explosión de sentimientos en mi oreja izquierda.
Por favor te lo pido, se algo... pero sobre todo se algo para mí.

miércoles, 18 de julio de 2012

Carta para Melquíades:



Señor Melquíades, no sé si está carta podrá llegar a sus manos hechas de espíritu. Pero de todas maneras, no pierdo nada con intentar escribírsela para luego esparcirla en el viento, con la esperanza que llegue ante sus ojos.
Usted no sabe nada de mí, mas yo sé tantas cosas sobre usted. Sé que le ha ganado en la muerte, que en su mente circuló entera la vida y muerte de los Buendía. Sé que su esencia quedó atrapada en el cuarto, lleno de bacinicas… pero al menos se quedó.
El caso es que me gustaría pedirle un favor especial. Hay un, no diré amigo, sino que sencillamente me referiré a el como Gabo, en un intento absurdo por hacerlo más cercano a mi piel.
¿Lo conoce? Estoy segura que sí. Verá usted señor Melquíades, este señor está perdiendo una cosa maravillosa, única e irrepetible. Está perdiendo sus recuerdos, sus sueños y lo más importante, los libros que él ha escrito con su talento.
No puede ni siquiera imaginarse lo triste que estoy con eso. Quizá nunca lo conocí en persona, pero cada vez que me inundaba de sus letras, yo era inmensamente feliz. Tal vez nunca podré vislumbrar lo que él quiso decirnos, pero era suficiente con saber que sus personajes vivían en sus anchas en su prodigiosa mente. Y mi corazón está tan triste de saber que los ha perdido en los laberintos oscuros del olvido.
Quizá no le pido esto para hacerle un bien a él. Tal vez lo hago en un insensato deseo que se quede con nosotros, para que siga escribiendo más y más mundos disparatados. Y lo más importante es porque gracias a él yo amo mi idioma. Adoro las letras, y sobre todo este único rincón del mundo “donde un café sabe a ventana”.
Melquiades, usted que tiene el brebaje para devolver la memoria le pido que se lo regale a Gabo. Por favor regrese de donde quiera que esté para devolverle la conciencia, los recuerdos y sobre todo sus personajes.
Se despide alguien que quiere creer en los imposibles.

Sueños

— Ella me lo robó todo. ¿Lo entiendes? Se llevó todo, mi nombre tatuado junto con el de miles. Mis labios partidos, los brazos rotos y el corazón quebrado. 
Pero lo más importante que se llevó los sueños consigo. Me dejó aquí en medio de las pesadillas ambulantes, el dolor fermentado y el eco permanente. Hasta incluso se llevó mis buenos sueños con ella.
— ¿Sabes que eso no es suficiente?— replicó la chica a la cual se había devorado hace poco— eso solo te hace un idiota.
Y él sabía que era totalmente sincera. Se vistió con lentitud desesperante.
— No la encontraras en ningún lado, y mucho menos con esa actitud.
Se retiró en silencio llevándose sus pertenencias.
—¡Espera! tú... ¿sospechabas algo así... cierto?
No se dignó a mirarme, pero asintió con la cabeza lentamente.
— Entonces
—No eres el único aquí con derecho a buscar el olvido— diciendo esto finalmente se fue de aquel motel barato.
Y él pensó que era cierto. No era el único que sencillamente buscaba olvidar las marcas de su piel creando otras más grandes. Lamentablemente eso no servía para nada, porque cada vez terminaba sintiéndose más solo, abandonado y miserable que nunca.
—Soy un completo imbécil— se dijo antes de marcharse.

jueves, 12 de julio de 2012

Promesa


Prométeme que aunque no seamos nada, tendremos el infinito como límite de nuestros sentimientos. Júrame que a pesar de todo, nos seguiremos queriendo a oscuras. Regálame un pedazo de tu corazón para poder encontrarnos, donde nos besaremos casi como un secreto, y nos rencontráremos en nuestros sueño.
No soy egoísta. Solo te pido que cumplas tu promesa. ¿O ya se te olvidó, junto a las tardes infinitas junto al arrollo? Dijiste que estarías para siempre conmigo. Yo solo reclamo el juramento que hiciste. Aunque estuvieses borracho de felicidad y besos cálidos…
¿Aún cuenta… verdad?

miércoles, 11 de julio de 2012

A lo lejos

A mí también me gusta, cuando le robas minutos a las jornadas, horas a tus noches y días enteros para decirme cuanto me amas.
¿Acaso no es lindo? Estar tan unidos aunque no estemos cerca, sentir tus te amo a la distancia, los cuales me siguen nublando la mente y robándome cada una de mis sonrisas.

miércoles, 4 de julio de 2012

Vete


—¿No importa que el mundo esté en nuestra contra verdad?
—No, la  verdad es que no importa Alessia, si estás cerca,  no importa quien se interponga
Y la verdad es que ella quiere creer en sus palabras, lo anhela con tanta fuerza como le es posible. Esta distancia no significa nada para ellos, quienes han batallado fuertemente en contra de todo presagio.
Pero... ¿Como se combaten los fantasmas que tienes arraigados en la piel? ¿Los que están pegados, incrustados en la piel de ellos? ¿Cómo derrotar a su propia inseguridad quemante, asfixiante y humeante, que le recorría el cuerpo incesantemente?

—¿Y si soy quien no puede con esto...?
—¿Ah que te refieres?

Ella calla, y se desprende de su abrazo. Él no entiende nada, casi siente el peligro de perderla.

—¿Qué intentas decirme? Acaso...

¿Y él? ¿Cómo le pediría confianza? ¿Habría alguna manera de decirle lo mucho que sintió en su alma herirla? había sido una mentira necesaria, un engaño creado... sencillamente necesario...

—Pero no obligatorio...— completa ella con el dolor atravesado en la delicada voz.

Y él comprende que no hay vuelta atrás. Que a pesar de que no haya ser humano que los pueda separar, sabe (¡Por Dios! ¡Como lo sabe!) que su error es demasiado caro, doloroso e inolvidable para ella.

Porque entre ellos ahora hay algo mucho más poderoso que cualquier otra cosa. Hay desconfianza, recelo, temor... pero por sobre todo distancia.

Fin

Nota: Distancia, son historias sin orden, sobre como esta puede existir o presentarse. Espero que les gusten (: