
Entonces Anabela sentada sobre el pasto, intentó nuevamente buscar la visión prometida por los magos. Pero su mente estaba demasiada preocupada como para buscar su centro.
Suspiró y se pasó los dedos por el cabello.
—Lo siento no puedo— le contestó al consejo y desapareció en la neblina.
Entre medio de los bosques, la llevaron sus pasos. Miró a la lejanía, a la inevitable guerra donde el conjunto de sus decisiones podía destruir a personas inocentes.
La bruma comenzó a envolverla de a poco. El viento aulló un poco mas fuerte. Era como si la naturaleza misma quisiera comunicarse con ella, en toda su salvaje belleza. Y en medio de todos esos aromas, voces y luces la revelación le llegó como un rayo. La visión de como podría acabar con la injusticia, la opresión y la obscuridad.
Era ella misma, corriendo salvaje los parajes inhóspitos. Luego sacaba una daga de plata, brillante y hermosa. La clavó en medio de su pecho sacando su corazón.
—¡Se lo entrego a los Dioses! ¡A cambio de nuestra libertad!
Después se despertó tirada sobre el piso, cubierta de sudor con una enorme sonrisa en el rostro.
Nota: La verdad esta historia me ha llegado casi de la nada. No sé si será algo de muchos capitulos o solo pequeños trozos como este. Espero que no sea muy confuso, aunque no me ha convencido del todo. Bueno ustedes dicen si se ve muy malo xD
Mabel