Abro el word y solo tengo tu imagen en mi cabeza.
Te extraño, así en negrita y destacado.
Abro el refrigerador y saco una fruta.
Te extraño, ahora en cursiva.
Abro mi cuaderno e intento anotar algo, pero nada fluye de entre los dedos, mis pensamientos y los lápices de muchos colores.
Te extraño, subrayado como si idiotamente fuese a olvidarlo.
Abro mis ojos y solo te veo a ti sonriéndome.
Te extraño, ahora sin cursiva, rayado o destacado, porque no hay manera de que pueda extrañarte más de como lo hago ahora...
O quizá sí, porque justo ahora que acabe de escribir(te), sé que volveré a extrañar(te)... mucho más que antes.